Emancipado sea el canto
que acaricia el aire,
emancipada sea el alma
que duerme en mi.
Emancipadas sean las cosas
que rodean mi morada
y transitan con mi solitaria juventud.
Que vuelvan esas manifestaciones,
que la libertad roce mi escamada vida.
¡ Traedme la alegría!
¡ Traedme la tranquilidad
que un día juró no abandonarme!
¡Traedme las manos cálidas
con olor a rosa mosqueta!
¡Traedme el aire con olor
al Nevado de Longaví!
¿Dónde están las tijeras
y el papel celofán?
Que el adios se vaya para siempre
y que en su lugar venga mi feliz infancia
con mi dulce madre que no veo
hace cien años.
Ella